lunes, 24 de septiembre de 2012

De La Imaginación a la Realidad


Luchar por la Libertad

Un coach no es tan sólo un mago del cambio, sino también un luchador por la libertad.

La libertad tiene dos facetas: la de liberarse de algo y la de gozar de libertad para hacer algo. Por ejemplo, hace unos años (Joseph) trabajaba cincuenta horas a la semana enseñando guitarra. Era un trabajo casi siempre satisfactorio y agradable, aunque muy cansado. No era ciertamente la clase de trabajo en que uno puede echar andar una cabezita de vez en cuando. Al profesor le pagan por escuchar a sus discípulos. Me encantaba mi profesión, pero quería liberarme de tantas horas de trabajo. No es que pensara cambiar de ocupación, sólo quería tener la oportunidad de relajarme, de mirar al vacío, leer o dormir, si me apetecía. No quería sentirme tan cansado.
Más allá de cierto límite, no podía prestarle a mi trabajo, la atención que merecía. La relajación es tan necesaria para poder trabajar con eficiencia como el tiempo que dedicamos al propio trabajo.

Esta es la libertad de liberarse.

La otra clase es la libertad para hacer algo. Cuando te has liberado de la situación que te lo impedía, ya puedes hacer esa otra cosa. ¿Qué? En mi caso escribir libros, modelar la buena escritura y preparar e impartir distintos cursos de formación.
El coach trabaja con las dos clases de libertad. Ayuda al cliente a liberarse de circunstancias insatisfactorias o desagradables y luego le abre otras posibilidades.

Conoce a tu enemigo

Si el coach y su cliente estan implicados en la lucha por la libertad ¿Quiénes son tus enemigos? ¿Qué está bloqueando ese cambio que el cliente desea?.
En la mayoría de los casos el enemigo es el hábito. Comportamientos habituales, pensamientos habituales, hábitos que han arraigado en nosotros a lo largo del tiempo y que resultan difíciles de erradicar. Todo hábito sirve inicialmente algún valor, de otro modo no se habría convertido en hábito. Pero los tiempos cambian y los viejos hábitos ya no nos sirven.
Mantenemos los hábitos de diferentes formas. Disponemos nuestro entorno para apoyarlos. Los demás esperan de nosotros que actuemos de forma predecible y, por consiguiente, nos tratan de modo asimismo predecible, lo cual refuerza nuestros hábitos. Son como el dispositivo de crucero de un vehículo, diseñado para mantener determinada velocidad y dirección de modo que el conductor pueda relajarse.

Si quiere cambiar la velocidad o la dirección tendrá que prestar atención de nuevo. Una vez cambiando el hábito éste le llevará en otra dirección, hacia un camino distinto.
El coach trata con los hábitos que impiden a su cliente avanzar en la dirección deseada, unas veces mediante una guerra de guerrillas, otras mediante ataque frontal. El coaching cambiará la dirección de la vida del cliente, a menudo con un pequeño cambio cada vez, pero que se sumará a los anteriores.
 
Cambio de Dirección

Piensa en tu vida como si se tratará de un viaje por carretera. No sabes a donde te diriges, pero el paisaje es agradable. Al cabo de un tiempo te das cuenta de que viajas en círculo. Si esperas lo suficiente volverás a ver lo que ya viste antes. Pero de repente aparece una bifurcación( es la acción de seprar algo en varias partes). En realidad te encontraste con muchas en tu camino, sólo que no te diste cuenta de ellas o, si las viste, te sentías tan cómodo en tu camino que decidiste ignorarlas.
 
Sin embargo, ahora tienes a tu lado a un coach que te avisa. Cambias de dirección, aunque sólo sea ligeramente, y tomas otro camino que diverge un poco del anterior.
La primera tentación consiste en pensar: “Bueno, tampoco era para tanto”.
Puede ser cierto que ese cambio sea pequeño a corto plazo, pero cuanto más tiempo lo mantengas, más te separarás de anterior trayectoria. Transcurrido un año te encontrarás en un territorio completamente nuevo. Eso será así aun en el caso de que no hagas ningún otro cambio.
Cuanto más grande sea el cambio de dirección, menos tiempo necesitarás para llegar a tu nuevo escenario. No obstante, incluso el cambio más insignificante te llevará a un viaje distinto si persistes en él. Todo cuanto necesites es mantenerte en ese nuevo camino, aunque el viejo trate de seducirte con promesas  de comodidades conocidas. “Más vale malo conocido –te susurra- que bueno por conocer”.
Pero ¿hay realmente algo malo en el nuevo camino? ¿Cuál es el papel del coach en ese proceso? El coach se ocupa de tres cosas:
1.     Mostrarte el camino en el que estás
2.     Señalarte las opciones posibles y ayudarte a tomar una nueva dirección
3.     Ayudarte a persistir en el cambio.
En líneas generales, la vida consiste en una serie de pequeñas decisiones. Un gran cambio es a menudo la suma de muchos pequeños cambios que aguardan el momento adecuado. Cada decisión que tomamos nos mantiene en el viejo y cómodo camino conocido, o nos dirige hacia lo que realmente deseamos. El coaching te ayuda a decidir.
Nos vemos en la próxima...que dios los bendiga..

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