Luchar
por la Libertad
Un
coach no es tan sólo un mago del cambio, sino también un luchador por la
libertad.
La
libertad tiene dos facetas: la de liberarse de algo y la de gozar de libertad
para hacer algo. Por ejemplo, hace unos años (Joseph) trabajaba cincuenta horas
a la semana enseñando guitarra. Era un trabajo casi siempre satisfactorio y
agradable, aunque muy cansado. No era ciertamente la clase de trabajo en que
uno puede echar andar una cabezita de vez en cuando. Al profesor le pagan por
escuchar a sus discípulos. Me encantaba mi profesión, pero quería liberarme de
tantas horas de trabajo. No es que pensara cambiar de ocupación, sólo quería
tener la oportunidad de relajarme, de mirar al vacío, leer o dormir, si me
apetecía. No quería sentirme tan cansado.
Más
allá de cierto límite, no podía prestarle a mi trabajo, la atención que
merecía. La relajación es tan necesaria para poder trabajar con eficiencia como
el tiempo que dedicamos al propio trabajo.
Esta
es la libertad de liberarse.
La
otra clase es la libertad para hacer algo. Cuando te has liberado de la
situación que te lo impedía, ya puedes hacer esa otra cosa. ¿Qué? En mi caso escribir
libros, modelar la buena escritura y preparar e impartir distintos cursos de
formación.
El
coach trabaja con las dos clases de libertad. Ayuda al cliente a liberarse de
circunstancias insatisfactorias o desagradables y luego le abre otras
posibilidades.
Conoce
a tu enemigo
Si
el coach y su cliente estan implicados en la lucha por la libertad ¿Quiénes son
tus enemigos? ¿Qué está bloqueando ese cambio que el cliente desea?.
En
la mayoría de los casos el enemigo es el hábito. Comportamientos habituales,
pensamientos habituales, hábitos que han arraigado en nosotros a lo largo del
tiempo y que resultan difíciles de erradicar. Todo hábito sirve inicialmente
algún valor, de otro modo no se habría convertido en hábito. Pero los tiempos
cambian y los viejos hábitos ya no nos sirven.
Mantenemos
los hábitos de diferentes formas. Disponemos nuestro entorno para apoyarlos. Los
demás esperan de nosotros que actuemos de forma predecible y, por consiguiente,
nos tratan de modo asimismo predecible, lo cual refuerza nuestros hábitos. Son como
el dispositivo de crucero de un vehículo, diseñado para mantener determinada
velocidad y dirección de modo que el conductor pueda relajarse.
Si
quiere cambiar la velocidad o la dirección tendrá que prestar atención de
nuevo. Una vez cambiando el hábito éste le llevará en otra dirección, hacia un
camino distinto.
El
coach trata con los hábitos que impiden a su cliente avanzar en la dirección
deseada, unas veces mediante una guerra de guerrillas, otras mediante ataque
frontal. El coaching cambiará la dirección de la vida del cliente, a menudo con
un pequeño cambio cada vez, pero que se sumará a los anteriores.
Piensa
en tu vida como si se tratará de un viaje por carretera. No sabes a donde te
diriges, pero el paisaje es agradable. Al cabo de un tiempo te das cuenta de
que viajas en círculo. Si esperas lo suficiente volverás a ver lo que ya viste
antes. Pero de repente aparece una bifurcación(
es la acción de seprar algo en varias partes). En realidad te encontraste con muchas en tu camino, sólo que no
te diste cuenta de ellas o, si las viste, te sentías tan cómodo en tu camino
que decidiste ignorarlas.
Sin
embargo, ahora tienes a tu lado a un coach que te avisa. Cambias de dirección,
aunque sólo sea ligeramente, y tomas otro camino que diverge un poco del
anterior.
La
primera tentación consiste en pensar: “Bueno, tampoco era para tanto”.
Puede
ser cierto que ese cambio sea pequeño a corto plazo, pero cuanto más tiempo lo
mantengas, más te separarás de anterior trayectoria. Transcurrido un año te
encontrarás en un territorio completamente nuevo. Eso será así aun en el caso
de que no hagas ningún otro cambio.
Cuanto
más grande sea el cambio de dirección, menos tiempo necesitarás para llegar a
tu nuevo escenario. No obstante, incluso el cambio más insignificante te llevará
a un viaje distinto si persistes en él. Todo cuanto necesites es mantenerte en
ese nuevo camino, aunque el viejo trate de seducirte con promesas de
comodidades conocidas. “Más vale malo conocido –te susurra- que bueno por
conocer”.
Pero
¿hay realmente algo malo en el nuevo camino? ¿Cuál es el papel del coach en ese
proceso? El coach se ocupa de tres cosas:
1.
Mostrarte
el camino en el que estás
2.
Señalarte
las opciones posibles y ayudarte a tomar una nueva dirección
3.
Ayudarte
a persistir en el cambio.
En
líneas generales, la vida consiste en una serie de pequeñas decisiones. Un gran
cambio es a menudo la suma de muchos pequeños cambios que aguardan el momento
adecuado. Cada decisión que tomamos nos mantiene en el viejo y cómodo camino
conocido, o nos dirige hacia lo que realmente deseamos. El coaching te ayuda a
decidir.
Nos vemos en la próxima...que dios los bendiga..